Este Post es solo para la divulgación histórica en conmemoración de otro 25 mayo , este blog de ninguna manera glorifica ni demoniza la figura de Julio Argentino Roca.
Esta entrevista fue publicada por el diario el Independiente de Rosario ( dirigido por Feliz Monzon) el viernes 19 de dicembre de 1879 Un reportaje identica fue publicado por le Courier de La Plata
El general Roca es un pensador algo taciturno , á quien agradan poco las reuniones numerosas, las fiestas públicas y ceremonias, y que apenas sabe disimular el fastidio que le causan, cuando las exigencias de su posición le obligan a asistir a ellas.
No tiene, como la mayoría de los militares , el amor al uniforme; evita en cuanto puede las ovaciones , las manifestaciones tan agradables a los hombre políticos , y en las reuniones se muestra frió y reservado.
De carácter poco expansivo , prefiere escuchar a hablar. Esta reserva , nacida quizá de un sentimiento de circunspección , desaparece cuando se convence de la sinceridad de su interlocutor.
Entonces se entrega con entera franqueza.
Es esto lo que le ha sucedido con uno de nuestros redactores, que fue a visitarlo días pasados con motivo de la carta del doctor tejedor.
Nuestro reportero ha procurado con...( Esta frase está incompleta por haberse roto el ejemplar original al encuadernarse la colección) de las declaraciones hechos por el general en la larga conversación que tuvo con él.
Hé aquí este diálogo , cuya forma conservamos , y que será ciertamente leído con interés.
Nuestro reportero: General : las opiniones de un candidato pertenecen al público , desde que esas opiniones son precisamente sus títulos a la elección. Vengo pues, con toda franqueza a rogar a usted se sirva a contestar a algunas preguntas adviertiendole ( como diría el doctor Tejedor) que hablará usted conmigo y con el público.
El general: Eh bien ! interrógueme usted no tengo motivo alguno para ocultar mi pensamiento , ni a usted ni al público.
Reportero: ¿Pensaba usted hace un año en ser candidato a la presidencia?
Roca: No; pero presentía algo de semejante. Una intuición que jamás me ha engañado , y a la que debo lo que soy , me decía que , a pesar de la presencia en la primera fila de hombres más ilustrados , más experimentados , más probados que yo , podría ser necesario y representar las aspiraciones nacionales , que son el órden , la paz y la unidad de la Patria. Yo aconsejé a ciudadanos envejecidos en los negocios que pusieran a la cabeza de este movimiento. No comprendieron que para ser seguido como dice Quévedo es preciso caminar adelante.
Reportero : ¿Cree usted que en la situación actual se pueda llegar á una transacción que de una solución amigable a la lucha electoral?
Roca: No lo creo ; no no hay ya hoy día transacción posible. Eliminar la candidatura del Dr Tejedor y la mía , sería abrir campo a una multitud de candidaturas que surgirían de todos lados . Sería enfrentar la opinión y producir la anarquía en los votos. No hay ciudadano medianamente notable que no se cera llamado a ser candidato de la transacción.
Reportero: ¿Cree usted sincera la oferta hecha por el doctor Tejedor de renunciar a su candidatura?
Roca : no creo de ningún modo. Creo que es una estratajema de abogado.
El señor Tejedor puede renunciar veinte veces a su candidatura y retirar otras tantas su dimisión sin arriesgar la perdida de uno solo de sus votos. Están encerrados en las cartucheras de sus vigilantes; allí los encontrará siempre.
No sucede lo mismo con los votos que los electores dan de confianza o de simpatía. Aquellos son el resultado de un compromiso recíproco que el candidato no puede romper y volver a formar de nuevo.
Después de haber aceptado la representación del sentimiento nacional , no tengo el derecho a renunciar al honor que se me ha hecho. Por lo demás , en un país tan extenso como este , la manifestación de la opinión es muy lenta, y el tiempo seria escaso para rehacer otra candidatura.
El doctor Tejedor tiene en sus votos en un pequeño circulo que gobierna autocraticamente : un partido disciplinado hasta la ceguedad.
Podría , pues, entendiéndose con este Comité , cambiar el rótulo de su candidatura. Mis comitentes son más voluntarios ; no aceptarían una sustitución propuesta por mi. Mi candidatura no es de las que se pasan a la orden del primer venido.
Así, pues, no hay transacción posible. El señor Tejedor puede dar sus votos a quien se le antoje; yo no puedo disponer de los míos.
Pertenezco a mis electores , pero ellos no me pertenecen.
Reportero: ¿No cree usted que habiéndose , reconocido imposible la transacción, sus antagonistas , que predican ya abiertamente la guerra civil se decidan a recurrir a este medio extremo?
Roca: ¿Bajo que pretexto? El gobierno no les dará ninguno.
¿Contra quien quiere usted que se subleven?
Para ajitar a las masas , se necesita una bandera ; no la tienen. La nacion que ha aprendido a sus expensas lo que cuestan las revoluciones, se levantará contra toda tentativa de desorden y aplastara a los revolucionarios cualesquiera que sean.
La Nación ha entrado en la edad madura. Tengo entera confianza en el patriotismo de mis conciudadanos, y en las fuerzas conservadoras de nuestra sociedad; ellas sabrán defender contra los hombres de discordia , la riqueza nacional que aumenta día a día.
No hay un argentino que no sepa hoy que el secreto de la prosperidad y de la grandeza de la República , está en el respeto y en el la fiel observancia de la constitución.
Reportero: ¿Tiene usted ideas fijas sobre el comercio , los ferrocarriles , las grandes obras públicas , la inmigración?
Roca: Mi opinión es que el comercio sabe por habitud mejor que el Gobierno lo que le conviene. La verdadera política consiste , pues , en dejarle la mayor libertad posible. El estado debe limitarse a establecer las vías de comunicación , a ligar las capitales por medio de ferrocarriles , a fomentar la navegación de las grandes vías fluviales, tales como el río Negro , el Neuquén , el Bermejo, el Pilcomayo , el Santa Cruz, el Limay.
Debe mantener muy alto el crédito público en el exterior y tomar por divisa la palabra del Dr Avellaneda - ´´ Economizaremos sobre nuestro pan y sobre nuestra sed para cumplir nuestro compromisos´´
En cuanto a la inmigración , debemos protegerla a todo precio, a fin de poder recibir 200.000 inmigrantes por año.
Reportero: Los recursos del presupuesto no bastarían para una operación tan gigantesca.
Roca: Bastará para ello cuando se los emplee en garantir un interés a los capitales extranjeros que quieren emplearse en la colonización , la Europa que está repleta de capitales , no espera para colocarlos en América del Sud sino una garantía seria que podemos ofrecerle en tierras y dinero.
Reportero: ¿No teme usted que Chile venga a arrojarse al través de estos proyectos y emepeñe a la República en una... .( Esta frase está incompleta por haberse roto el ejemplar original al encuadernarse la colección)
Roca: No creo absolutamente en esta eventualidad . Cualquiera que sea el desenlace de la Guerra del Pacifico, Chile saldrá de ella extenuado . Los gastos de esta guerra sobrepasan en mucho a sus recursos. Supongalo vencedor , necesita por lo menos tres años antes de moverse. Durante ese tiempo la República argentina tendrá 500.000 habitantes mas, y habrá duplicado su producción , mientras que Chile se encontrará al nivel en que se hallaba antes de empezar la guerra.
La posición no sería ya igual , suponiendo que alguna vez la hubiese sido. Chile buscará , pues nuestra amistad sino por sentimiento de fraternidad, cuanto menos por interés.
La República sale de sus pañales , tiene ante ella horizontes inmensos. Ha sido codiciada por sus vecinos , mientras la vieron débil o convulsionada ; sera respetada así que se la vea fuerte y unida.
Dele usted seis años de paz y sera inatacable.
Reportero: Sin embargo, la cuestión de La Patagonia está pendiente ; necesario es que algún día se resuelva.
Roca: Está resuelta. La República Argentina sabe que la Patagonia le pertenece. Chile no discute ya esta posición sino por la forma .
La república no cederá una legua de terreno de Patagonia. Sobre este punto no admitirá ni aun el arbitraje , y ninguna nación procurará incomodar los establecimientos que fundará en ella.
Chile no tirará un solo cañonazo para sostener un derecho, cuya falsedad conoce ; negociará para obtener el resto de las tierras australes y nos encontrará conciliadores. El pueblo argentino quiere la paz en el interior y en el exterior ; no ambiciona el bien de nadie y se siente bastante fuerte para defender el suyo.
Reportero: ¿ No teme usted las cuestiones que van a surgir con motivo de la cuestión capital?
Roca: Absolutamente. El tiempo ha hecho su obra , y la unidad nacional es un hecho consumado. No está en poder de ningún argentino el romperla. La capital puede, pues, ser mudada sin peligro. Buenos Aires no consentirá en ser federalizado ; es inútil pensar en ello.
La Capital será designada por el congreso , y según las opiniones que he oído emitir , se escogerá entre San Nicolas y el Rosario , dos puntos que me parecen igualmente convenientes.
La voluntad del Congreso será ejecutada sin dificultad , no lo dude usted. No estamos en los tiempos en el que el general Mitre se creía obligado a establecer el gobierno nacional en Buenos Aires, para vigilar a los separatistas.
Reportero: Ya que usted lo acaba de nombrar al general Mitre ¡ Me permite preguntarle lo que piensa de él?
Roca: El general Mitre es uno de los hombres más prominentes de la República y que tendrá una hermosa pagina en nuestra historia.
Es justo concederle que ha comprendido y medido la fuerza del sentimiento nacional.
Mientras el general Mitre ha sido el representante de este sentimiento , ha sido muy poderoso. Su influencia ha disminuido desde que se ha separado de esta sólida base.
Su falta, que es la de muchos otros hombres , está en haber creído que fuera de Buenos Aires no hay opinión publica , y en no haber tenido en cuenta a las demás provincias. Se ha aliado al Dr Tejedor para obedecer a la lógica de sus faltas, pero con perfecta conciencia de la falsedad de su posición.
El partido nacionalista no puede, sin perder toda su importancia , permanecer aliado a un hombre que sin gran esfuerzo se haría separatista.
Su puesto está en otra parte.
Reportero: Debería ser a su lado , pues debe suponer que usted no dejará afuera del Gobierno un partido cuya importancia política no puede desconocerse. Sin embargo , los diarios nacionalistas le atacan a usted con violencia.
Roca: No lo sé. He tomado el partido de no leer lo que se escribe contra mi , temiendo el desagrado que necesariamente resultaría de esta lectura.
Si debo ser electo, quiero poder decir que no llevo al poder odio alguno, ninguna herida sangrienta.
Me mantengo sobre las discusiones apasionadas. Soy el amigo de mis amigos , pero no soy enemigo de mis adversarios.
Reportero: ¿ Estos sentimientos no darán más animo a los que piensan en un golpe de estado?
Roca: Un golpe de Estado no podría intentarlo sino el Gobernador de Buenos Aires y creo incapaz al Dr Tejedor el pensar en ello seriamente.
Una empresa de este genero tendría por consecuencia la dictadura , la tiranía. Ahora bien. convénzase usted de que la tiranía es imposible en mi país. Hay demasiada virilidad , demasiado orgullo nacional, demasiado amor a la libertad para que un Malgarejo pueda sostenerse durante veinte y cuatro horas.
No admitiendo la posibilidad de una tiranía , no admito la de un golpe de estado.
El general se levantó; nuestro conversación había concluido
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