Enrique Pinti
(Buenos Aires, 7 de octubre de 1939), es un reconocido actor, humorista, director teatral,escritor y dramaturgo argentino, con extensa trayectoria teatral y cinematográfica. Se ha expresado en diversos medios. Estudió profesorado de castellano, literatura y latín. Escribió obras infantiles y para adultos, creó sketches,monólogos, comedias musicales, cuentos y montó una gran cantidad de music halls y shows de café-concert.
Cambalache
Arte y artistas
Los creadores artísticos tienen características propias que los ubican en distintos niveles. Artistas plásticos, literatos, intérpretes de todo tipo; músicos, coreógrafos, dramaturgos y cineastas son una parte importante de la cultura de los países y muchas veces llegan a ser verdaderos íconos. Por fortuna no hay una sola forma de comunicar las vivencias que anidan en esas mentes privilegiadas que, con mayor o menor talento e inspiración, pueden llegar a emocionarnos, alegrarnos, conmocionarnos o producir sensaciones ambivalentes, incómodas y hasta revulsivas. Por eso no es conveniente etiquetar a esos creadores y obligarlos a seguir una sola línea de expresión o una única manera de comunicación con sus contemporáneos.
Existen grandes clásicos que a través de los siglos mantienen intactas su vigencia y actualidad, otros han sido aclamados en su época, luego olvidados y más tarde revalorizados, y también se da el caso artistas malditos, rechazados por inmensas mayorías y adorados por elites. ¿Quién es lo suficientemente sabio como para valorar en su justa medida una obra artística? Mucha gente no siente la menor emoción ante La Gioconda y su enigmática sonrisa, algunos se estremecen frente al Guernica de Picasso, mientras que otros no terminan de entenderlo y escuchar una ópera de Wagner suele generar éxtasis y bostezos en partes iguales. Las mayorías populares consagraron el jazz, el tango, la canzonetta, el fado, la opereta, la zarzuela, la copla, la balada, el bolero y la conga ante la, a veces, despectiva mirada de las elites súperculturosas. Sea como sea, no hay reglas demasiado rígidas para definir la trascendencia de las obras artísticas y se debería dejar la permanente discusión acerca de lo que significa crear, copiar, replicar, imitar u homenajear cuando cada creador pone su obra a consideración de crítica y público y, ante todo, respetar la libertad de cada uno para expresarse de la manera que le sea más funcional a lo que cada artista quiere comunicar.
Esto no significa coartar ni al creador con pautas preconcebidas de "lo que debe ser" ni al crítico en su libre albedrío para evaluar el valor de cada obra, eso sí, sin creerse dueño de la verdad absoluta y respetando cada opinión aún sin compartirla. A veces suena irónico, por no decir risible, leer consejos de cronistas a creadores que han dado sobradas muestras de maestría y calidad criticando no tanto el resultado como el proceso creativo que, según ellos, ha estado demasiado influenciado por una búsqueda obsesiva por el éxito masivo y, en otras oportunidades, por todo lo contrario, o sea, por ser demasiado herméticos y complicados en sus mensajes.
Hay creadores prolíficos que trabajan incesantemente, otros son mucho más reflexivos y maduran largos años sus ideas y proyectos, y existen también los ciclotímicos que pasan de la lentitud a la exuberancia, de la claridad a lo críptico y de lo revolucionario a lo tradicional.
En suma: cada creador es una caja de sorpresas, un universo particular, un milagro renovado y un abismo de contradicciones, cambios y crisis y, además, es la posibilidad de darnos salidas, encerrarnos en laberintos de los que sólo saldremos si logramos descifrar los mensajes, de mostrarnos las luces y las sombras que nos rodean.
Desde lo más profundo a lo más superficial, desde lo más simple a lo más complejo y desde lo más placentero a lo más perturbador, el arte nos acompaña durante toda nuestra vida como un espejo mágico que no siempre nos devuelve la imagen que nosotros creemos verdadera, pero que nos enfrenta con nuestra real esencia. Y no hay una sola manera de hacer arte sino tantas como artistas existan y nos invadan con sus cuerdas locuras, sus lógicos disparates y sus delirios, veleidades y verdades incómodas..
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