martes, 4 de septiembre de 2018

El alma del niño Rebelde (Proletario)




Tan pronto como el niño se descarría y ha buscado, por consiguiente, nuevo escenario, campo nuevo a su actividad, tiene que tender en seguida a afirmarse eficazmente, a quedar encima, a desempeñar un papel que halague su sentimiento de sí que satisfaga su ambición. 
El extravío ha comenzado con subterfugios y escapatorias, embustes, intercepciones de avisos y comunicaciones del maestro a la familia, falsificación de firma, engaños de toda clase. Afortunadamente, ya se ve libre de la escuela. Ya puede rondar por sus alrededores sin entrar en ella. Ahora a llenar el tiempo libre. Hay que tomar precauciones para no ser visto por parientes conocidos durante las horas de clase, y , acaso , para que la policía no le detenga a uno. Hay que ir preparando las excusas, discurrir maniobras y engaños para que el triunfo quede constantemente asegurado. De este modo, el niño toma una serie de medidas preparatorias y protectoras al servicio de su seguridad, de su quedar encima. Despliega gran curiosidad por todo, todo le interesa, todo lo husmea; tiene un ansia enorme de querer verlo todo, de estar minuciosamente al corriente de todo; se hace ingenioso, ladino , ducho; se torna descarado,astuto. Todo este investigar y orientarse, todo este ponerse a cubierto y asegurarse , sirven al fin de realzar la personalidad, construirla, hacerla a capaz de nuevas empresas. 
Pronto se plantean éstas. 
En primer lugar, el niño, que ha abandonado la línea cardinal de su vida y empieza a tomar una línea secundaria, necesita tener ocupación, una actividad a la que consagrar su sentimiento de valer. Naturalmente , una ocupación no en el viejo, anterior sentido, pues entonces volvería a caer bajo la autoridad, de la que ya se ha escapado. 
La mayoría de los abandonados procede de padres que trabajan en un oficio, industria, comercio u ocupación jornalera. 
El abandono es , pues , un fenómeno fatal en la vida de grandes sectores de la juventud. No se trata de casos circunstanciales aislados, sino de un fenómeno social de amplio resalte. Por esto , el niño, una vez que se extravía, tropieza a cada paso con otros que han corrido la misma suerte. Son sus hermanos de desgracia. Muy pronto se hace su camarada de alianza, conviertiendose en seguida en miembro de un convivio, de una banda, La formación de bandas es , en realidad , la etapa que sigue al abandono. Y en esta etapa , como miembro de una banda ,a veces como capitán de ella, es cuando el niño encuentra una actividad nueva. 
Formando tropeles o cuadrilla les vemos en los accesorios en penumbras , en las cercanías de las estaciones, donde se ofrecen oportunidades para recados circunstanciales con propina, para cometer pequeñas raterías y realizar interesantes experiencias; las entradas de los cines, que representan una verdadera universidad de la picardía, la habilidad, el atrevimiento, la audacia; en las verbenas y ferias, en los rincones peores de la urbe. ´´ Nunca falta uno o varios que son más calificados para actuar; surge la concurrencia entre los ambiciosos. A cada cual se le ocurre alguna idea de lo que puede llevarse a cabo en una u otra circunstancia. Correspondiendo con las formas adultas, existe también un pundonor profesional entre los niños abandonados. Se esfuerzan todos por planear hazañas y ejecutarlas con maestría para adquirir fama antes sus camaradas, empleado siempre , sin embargo, toda su astucia y artería , porque desconfían del éxito y esto es una consecuencia de sentirse cobardes , si procedes abiertamente. De resultarle alguno bien este procedimiento, lo reitera una y otra vez. Algunas veces van a parar a la banda menorvalidos espirituales. Estos se convierten en blanco de todas las burlas y bromas, con lo que su orgullo se exacerba, llevándolos a realizar hechos extraordinarios. O bien, acostumbrados de su casa a una disciplina excepcional, ejercitados en la docilidad, se les ordena y ellos ejecutan. Acontece con frecuencia que uno idea cualquier fechoría, y es el más pequeño e inexperto, el menorvalido , quien la emprende´´ (Adler). Según su estructura anímica , los niños abandonados se caracterizan por un rasgo distintivo que en ellos resalta de ordinario más acusadamente de lo que sucede con los adultos. Su esfuerzo por adquirir poderío se potencia inusitadamente por efecto de cualquier humillación o desengaños sufridos que desencadenan un fuerte sentimiento de menorvalia, con el que padece tanto su sentimiento de clase que llegan a perder contacto con el mundo adyacente . 
Es bien cierto que ellos realizan repetidos intentos para constituir una comunidad; pero sus bandas sólo son un remedo mezquino y sustitutivo completamente ineficaz de ella. De este modo van cayendo cada vez en mayor aislamiento; cada vez se ven más claramente situados fuera de la comunidad adulta, y , mientras más tratan de reforzar su valer propio mediante actos violentos, rasgos de bravura, etc., se ahonda más el abismo que les separa de la sociedad. La desesperación de verse expulsados y aislados les hace al fin malhechores. 


Sobre la tradición y la patria 

Junto al hambre, a la esclavitud del salario y a la degradación social, la carencia de terruño, el desarraigo de domicilio, representa una señal característica de la existencia proletaria. 
Mientras para cuantos pertenecen a la clase burguesa es un supuesto fundamental que corresponde como base precisa a la esencia y textura de se existencia social al tener una tradición familiar, un terruño, un hogar,a los que cada cual se encuentra ligado con más o menos fuerzas por bienes de propiedad, vivencias infantiles y relaciones anímicas, la existencia social y generativa del proletario, por lo menos del proletario puro,flota, por así decirlo, en el aire. Nada de autoctonia , de arraigo de asiento, hay en ella. El proletario es casi siempre un extraño, un advenedizo, en el lugar y comarca en que vive y produce. Un día , aparece de pronto ahí traído por una ola que allí le arroja; otro día estará ya lejos de nuevo. ´´ Su patria dice Sombart es el mundo. Es un cosmopolita. Ha perdido el olor de la tierra, ha perdido la concreción. Y gracias que conserve su propio lenguaje, porque hasta hay veces en que también lo pierde´´. Sus bienes ascienden a lo sumo a una carretilla de mano, acaso se limitan a un hatillo colgado de un palo. Habita en casas de vecindad, tabique por medio con cientos de familias; en casas que se alzan hasta el cielo, en calles desnudas y desiertas, cuyo nombre les es indiferente. El día menos pensado puede presentarse cualquier motivo que le obligue a seguir errante, a abandonar la calle, el lugar, el país. Su asiento, hoy forzado por la escasez de viviendas, es siempre sólo una interinidad.Pronto volverá, como Ahasverus, a errar por el mundo, sin raigambre, sin pensamientos de patria, sin esa seguridad de la comunión familiar, de la parentela. 

Otto Rühle. Comunista de izquierda alemán. Una de las figuras más importantes del marxismo alemán del siglo XX.

Fecha de nacimiento: 23 de octubre de 1874, Großschirma, Alemania 

Fallecimiento: 24 de junio de 1943, México