miércoles, 30 de marzo de 2016

La Contracara de la decada K By Marcos Aguinis ( Yo tengo un sueño)



Ihave a dream Martin Luther King
Sueño con que, al iniciar su mandato constitucional el próximo 10 de diciembre, el presidente Néstor Kirchner lance este conmovedor mensaje al país y al mundo:
"He asumido con el más bajo porcentaje de votos que registra la historia nacional. Por eso me he dedicado en estos seis meses a construir poder, lo cual no es un secreto para nadie. Tuve que golpear a diestra y siniestra, tomar medidas osadas, ser contradictorio, controlar mis disgustos o hacerlos públicos, incluso producir confusiones. Todo esto para conseguir la necesaria popularidad que requiere mi proyecto. Pero créanme que la popularidad no es mi objetivo, sino un medio. La popularidad se evapora con rapidez.
"Quiero que sepan que soy un hombre de la democracia y del progreso genuino.
"Como hombre de la democracia, manifiesto mi complacencia por los avances que hizo mi partido político desde sus comienzos autoritarios. Pero advierto y denuncio que aún no eliminó la tendencia hegemónica ni la infección populista. Son dos asignaturas pendientes, tan decisivas como la aceptación del pluralismo, la alternancia del poder y el respeto a una oposición inteligente. En consecuencia, durante mi gobierno no habrá la menor censura a la prensa o a la libertad de expresión, bajo ninguna forma directa u oblicua (sobornos, aprietes, manipulación de la publicidad oficial). Necesito del pensamiento crítico para no quedar prisionero de las intrigas de palacio o las idiotizantes babosas de la obsecuencia. Necesito de un abanico opositor con el cual discutir, porque de esa forma podré clarificar mis ideas y ajustar mi gestión.
"Séneca dijo que "para el timonel que no sabe adónde va, todos los vientos son adversos". Yo sé adónde voy y adónde quiero llevar mi país: hacia el progreso sostenido y hacia la prosperidad. No duden: mis modelos son los países que crecen, no los que fracasan o se han estancado. Ningún país, en ninguna parte del mundo, fue exitoso con las recetas populistas que, por desgracia, son las más reclamadas y permanentes de la Argentina. El populismo está metido en la sangre de casi todos los países atrasados, como una infección. En la Argentina tuvimos diversos modelos económicos, pero siempre contaminados por la deformación populista. Aquí no le fue bien ni a la socialdemocracia ni al neoliberalismo -que en otras partes funcionan- porque en realidad no fueron tales. El populismo los degeneró. Ni una ni el otro son compatibles -en sus versiones exitosas- con el monopolio, el asistencialismo desenfrenado, la burocracia galopante, el clientelismo, la corrupción, la impunidad, el amiguismo, la ineficiencia y la continua violación de la ley en beneficio de los privilegiados de turno. En consecuencia, no se trató de modelos , sino de su caricatura. Para que la Argentina sea lanzada hacia un futuro de esplendor, debemos empezar por corregir o eliminar esa infección tan nociva.
"Combatiré el asistencialismo, que es malo para la Nación y disminuye la autoestima de los beneficiarios. La ayuda a los desocupados o excluidos se hará con un seguro de desempleo digno y transparente, libre de manipulaciones políticas. Es un problema social, no corporativo. También pondré coto a las prebendas en todos los sitios donde tenga influencia el Estado. Y atacaré frontalmente una causa axial de nuestra decadencia, que es la debilidad de la ley.
"Sólo la ley nos hace libres", afirma una máxima popular. Los argentinos nos acostumbramos a vivir esquivando la ley y, en consecuencia, no somos libres. Pero, además, eso llevó al actual deterioro generalizado.
"Hay mucha coincidencia en que las soluciones de fondo pasan por la apertura de fuentes de trabajo, es decir, por una caudalosa inversión nacional y extranjera. Nuestro país puede convertirse en un paraíso de la inversión mundial. No sólo posee infinitos recursos naturales, sino magníficos recursos humanos. La Argentina es un país sin conflictos estructurales de tipo étnico ni religioso. Su población es bastante sana; no existen epidemias ni pandemias graves. Exportamos sin cesar materia gris que desearía quedarse. No tenemos hipótesis de conflicto con nuestros vecinos. El nivel educativo, aunque en descenso, sigue siendo comparativamente alto. Todo está dado para que aterricen en nuestro suelo cataratas de inversiones que provocarían un crecimiento espectacular.
"Pero eso no ocurre por una sola causa: ausencia de ley. La ausencia de ley ahuyenta la inversión. Hemos cometido -seguimos cometiendo- errores que han desmoronado la confianza que se tenía en la Argentina. Fue criminal. Por eso resulta prioritario transmitir a mi nación y al mundo que nuestro país, de ahora en adelante, se aplicará a ser un país donde el respeto por la ley adquirirá la estatura de lo sagrado. La estabilidad jurídica brillará como uno de los frutos más grandiosos de esta nueva etapa. De ahora en adelante se considerará un delito gravísimo la manipulación de la ley por razones coyunturales. La ley será permanente e igual para todos.
"Me explico. La permanencia se refiere a que no habrá cambios que satisfagan las necesidades políticas del momento. La ley será inconmovible, de piedra. Esto reconstruirá, poco a poco y en forma sostenida, la confianza que hemos dilapidado y que tanto perjuicio nos causa ahora en materia de inversión. No será tarea fácil, pero la firmeza que aplicaré en este rubro y los beneficios que vendrán pronto ayudarán a consolidarla.
"El otro aspecto es que la ley será igual para todos. Aunque parezca obvio, en nuestro país no es así porque siempre hubo gente con coronita . En la década de los años 90 la tenían los ricos y famosos o los asociados a la farándula y el poder. Ahora, por razones distintas, pareciera haberse desplazado a los sectores empobrecidos. Estos sectores merecen la más solícita y eficaz de las atenciones para resolver de manera permanente sus dificultades, pero no tienen derecho a violar la ley. Cuando dicen que se intenta criminalizar la protesta, respondo que ciertos dirigentes criminalizan a los pobres y desocupados cuando los arrastran a cometer delitos y a desafiar a la fuerza pública. No confundan. El marco de la ley nos abarca a todos, hombres y mujeres, ricos y pobres, trabajadores y desocupados. La petición y la protesta son derechos constitucionales, pero no lo son las prácticas que trastornan la armonía social. No lo son. En la medida en que todos, absolutamente todos los habitantes de nuestro país entiendan que no dejaré un solo delito sin penalizar, lo cometa quien sea, en esa misma medida los argentinos disminuiremos la violencia y crearemos las condiciones que estimulen las inversiones, se abran fuentes de trabajo y comience el despunte nacional.
"La Argentina es tan agraciada que siempre vuelve a tener oportunidades. La tragedia es que las pierde con facilidad asombrosa. ¡Yo no quiero perder la actual oportunidad! Hay un aumento de la producción, de la recaudación y buenas ganancias con las exportaciones. Pero si no imponemos la seguridad jurídica y acabamos con la violencia, el dinero no se quedará entre nosotros, sino que volverá a fugarse. El dinero es egoísta y cobarde. Sólo se instala donde está seguro y obtiene razonables ganancias. Que las ganancias sean razonables depende de nosotros, de nuestra habilidad para realizar contratos y de nuestras auditorías. Que esté seguro depende de nuestras leyes y su imbatibilidad.
"Junto con las tareas urgentes nos ocuparemos de las importantes, es decir, las que exigen esfuerzo, paciencia, coraje y visión. Los temas vinculados con la seguridad, la educación, la salud y la justicia pasarán a ser políticas de Estado. No me interesa obtener un mérito especial ni que ese mérito sea usado por mi partido para eternizarse en el poder. Está en juego la Nación. Convoco solemnemente a todos los partidos políticos y a los mejores cerebros del país para que me ayuden a definir en el más breve plazo un plan estratégico para cada una de esas cuatro áreas. No quiero que se pierda tiempo ni recursos en acciones estériles. No quiero consumir mi gestión en la agotadora lucha del día a día. Quiero que se sepa a qué puerto vamos a llegar, para que tengamos vientos favorables.
"En otras palabras, para la seguridad, la educación, la justicia y la salud, quiero tener en claro qué podremos concluir de edificar en cuatro años. Vamos a ir tomando todas las medidas necesarias, aunque sean impopulares al comienzo, con vistas a un resultado maravilloso. No me alcanza ser popular hoy, quiero serlo cuando entregue la banda presidencial. Estoy seguro de que la sociedad me acompañará en cuanto perciba que la conduzco hacia donde siempre quiso ir: el progreso genuino.
"Ilustro con dos ejemplos.
"En materia de seguridad seguiremos con la limpieza de la corrupción. Pero nos aplicaremos a las tareas de mediano plazo: seleccionar y entrenar comisarios y agentes para que en el término de cuatro años tengan una alta capacitación y confiabilidad; estableceremos salarios adecuados; reformularemos las leyes penales, como corresponde a un país maduro, para que los delincuentes estén en la cárcel y no sean ellos los carceleros del país; reorganizaremos y modernizaremos el sistema penitenciario. Una policía capaz y respetada, junto con el crecimiento económico generado por la inversión, nos sacará de las actuales pesadillas.
"En lo que respecta a educación, quiero que en cuatro años tengamos niveles primarios, secundarios y universitarios de excelencia. Para eso no dudaré en aplicar todos los cambios que conviertan a los docentes en profesionales ejemplares, bien motivados, que transmitan no sólo conocimientos sino valores, que enseñen a pensar y estimulen la cultura del esfuerzo. La riqueza de las naciones pasa ahora por el conocimiento y la investigación. Los estudiantes deben volver a sentir que hay premios y sanciones, que el estudio requiere esfuerzo y que el esfuerzo eleva la dignidad.
"Con esto cierro mi introducción.
"Ahora pasaré a los detalles..."

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