martes, 7 de marzo de 2017

La rebelión cultural y él genocidio hippie By Stuart Hill



La rebelión cultural y él genocidio hippie By Stuart Hill

Se dice a menudo que los nuevos sistemas de valores no se crean simplemente invirtiendo el existente orden moral de las cosas. Los hippies pueden responder que los sistemas de valores nunca se cambian o reemplazan hasta que han sido contestados, hasta que alguien en algún lugar ha intentado vivir sus alternativas. Los hippies están comprometidos precisamente en esta retirada táctica.Como los santos del siglo diecisiete o los bolcheviques después de  1905, se han retirado a una no-sectaria sectaria conspiración, se han metido bajo tierra ( underground).

 Como los primeros fidelistas, han tomado,en sentido figurado, la Sierra Maestra. Pasivamente, esto representa un abandono de la clase media americana por parte de sus propios hijos una retirada de los suburbios respetables a las contra-comunidades y enclaves drop-out de la sociedad.De esta manera, los hippies se parecen más a alguna secta milenaria. Realmente,se podría componer una escatología completa: aquellos que han sido reclutados para la secta deben turn on y droup out; deben convertirse y entonces vivir la vida divina, separados y aparte, distinguiéndose por su hábito y sus costumbres , y por su propio régimen de vida. Se puede convertir a otros también : a los hippies les gustaría turn them on.

La secta tiene sus rituales , sus caminos para alcanzar el nirvana o la identidad con la divinidad; tiene su galaxia de santos, Buddha, Gandhi, Jesús, Karma; tiene su eucaristía el cannabis sagrado, la píldora azucarada; tiene sus libros sagrados, su cábala, sufre persecución la sufre, frecuentemente con amor, volviendo la otra mejilla; tiene su apocalipsis cuando toda América haga caso del mensaje se conecte, y se alcance el drop-out final y colectivo.

 Pero, en su forma más activa , los hippies y el flower power son una manera de continuar una especie de política espiritual con otros medios. En vez de atacar de frente a la sociedad, como los militantes en el campo de batalla, o de incendiarla,baby, hasta hacerla desaparecer, como los militantes negros del ghetto, quieren desenmarañarla desde dentro, destruyendo a lo racional, minando la legitimidad, la ética social que es el cemento moral que mantiene la construcción en pie. (
Y aquí se apuntan un tanto ya que , a pesar de todo lo que se dice acerca del materialismo de la sociedad americana, se mantiene como una de las sociedades más ideológicas y que más respetan la ideología). Los hippies son la segunda o tercera ola de guerrilleros de una nueva especie de lucha de guerrilla cultural: la lucha por la conciencia social.

Claro está que estamos limitados a escribir acerca de ésto como si fuera una estrategia consiente, cuando la mayoría de hippies desprecian toda la ensalada interpretativa-analítica-causal-ideológica. Con Susan Sontag, están contra la interpretación para parafrasear su slogan, quieren una erótica no una hermenéutica de la política. Sin embargo, yo creo que el fenómeno hippie es una manifestación del tipo que he intentado describir: puede que sean drop-outs de la lucha política, pero son una nueva clase de política en la sociedad post-moderna post-industrial: la política de la rebelión cultural.

El cuatro punto deriva directamente de este análisis. Los hippies son un intento de prefigurar una nueva clase de subjetividad. En su forma actual, antes que ninguna transformación enteramente revolucionaria dé a esta subjetividad un contexto social, existen principalmente como una anticipación fragmentaria o prefiguradora del futuro, o como una profunda y absoluta negatividad contradictoria, por resolver. No es posible todavía hacer y vivir en la nueva sociedad: pero es posible tener una visión de como podría ser , esbozar un modelo de futuras posibilidades , a través de las formas rotas, de las estructuras resquebrajadas de la vida y la conciencia hippie.


Stuart Hall (Kingston, 3 de febrero de 1932 - Londres, 10 de febrero de 20141 ) fue un teórico cultural y sociólogo jamaiquino, afincado en Inglaterra desde 1951 hasta su muerte.

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