domingo, 19 de abril de 2015

José Ortega y Gasset : Creer y pensar



José Ortega y Gasset : Creer y pensar

Las ideas se tienen; en las creencias se está. -"Pensar en las cosas" y "contar con ellas".
Cuando se quiere entender a un hombre, la vida de un hombre, procuramos ante todo
averiguar cuáles son sus ideas. Desde que el europeo cree tener "sentido histórico", es ésta la
exigencia más elemental. ¿Cómo no van a influir en la existencia de una persona sus ideas y
las ideas de su tiempo? La cosa es obvia. Perfectamente; pero la cosa es también bastante
equívoca, y, a mi juicio, la insuficiente claridad sobre lo que se busca cuando se inquieren las
ideas de un hombre -o de una época- impide que se obtenga claridad sobre su vida, sobre su
historia.
Con la expresión "ideas de un hombre" podemos referirnos a cosas muy diferentes. Por
ejemplo: los pensamientos que se le ocurren acerca de esto o de lo otro y los que se le ocurren
al prójimo y él repite y adopta.
Estos pensamientos pueden poseer los grados más diversos de verdad.
Incluso pueden ser "verdades científicas". Tales diferencias, sin embargo, no importan
mucho, si importan algo, ante la cuestión mucho más radical que ahora planteamos. Porque,
sean pensamientos vulgares, sean rigorosas "teorías científicas", siempre se tratará de
ocurrencias que en un hombre surgen, originales suyas o insufladas por el prójimo. Pero esto
implica evidentemente que el hombre estaba ya ahí antes de que se le ocurriese o adoptase la
idea. Ésta brota, de uno u otro modo dentro de una vida que preexistía a ella. Ahora bien, no
hay vida humana que no esté desde luego constituida por ciertas creencias básicas y, por
decirlo así, montada sobre ellas. Vivir es tener que habérselas con algo: con el mundo y
consigo mismo. Mas ese mundo y ese "sí mismo" con que el hombre se encuentra le aparecen
ya bajo la especie de una interpretación, de "idea" sobre el mundo y sobre sí mismo.
Aquí topamos con otro estrato de ideas que un hombre tiene. Pero ¡cuán diferente de
todas aquellas que se le ocurren o que adopta! Estas "ideas" básicas que llamo "creencias" -ya
se verá por qué- no surgen en tal día y hora dentro de nuestra vida, no arribamos a ellas por un
acto particular de pensar, no son, en suma, pensamientos que tenemos, no son ocurrencias ni
siquiera de aquella especie más elevada por su perfección lógica y que denominamos
razonamientos. Todo lo contrario: esas ideas que son, de verdad, "creencias" constituyen el
continente de nuestra vida y, por ello, no tienen el carácter de contenidos particulares dentro
de ésta. Cabe decir que no son ideas que tenemos, sino ideas que somos. Más aún:
precisamente porque son creencias radicalísimas, se confunden para nosotros con la realidad
misma -son nuestro mundo y nuestro ser-, pierden, por tanto, el carácter de ideas, de
pensamientos nuestros que podían muy bien no habérsenos ocurrido.

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