martes, 29 de septiembre de 2015

El Burgues Gentil Hombre By Molière



Jean-Baptiste Poquelin, llamado Molière (París, 15 de enero de 1622 - ibídem, 17 de febrero de 1673),1 fue un dramaturgo, humorista y comediógrafo francés.



[b] EL BURGUES GENTILHOMBRE 
PERSONAJES 
SENOR JOURDAIN, burgués. 
SENORA JOURDAIN, su esposa. 
LUCILA, hija de Jourdain. 
NICOLASA, criada. 
CLEONTE, enamorado de Lucila. 
COVIELLE, criado de Cleonte. 
LA MARQUESA DORIMENA. 
EL CONDE DORANTE, amante de Dorimena. PROFESOR DE MUSICA. 
DISCIPULO DEL PROFESOR DE MUSICAL PROFESOR DE BAILE. 
PROFESOR DE ESGRIMA. 
PROFESOR DE FILOSOFIA. 
MAESTRO SASTRE. 
MOZO DEL SASTRE. 
DOS LACAYOS. 
Varios músicos, cantantes de ambos sexos, bailarines, cocineros, mozos de sastre y otros personajes. 
La acción en Paris 



PRIMER ACTO 
ESCENA I 

PROFESOR DE MUSICA, PROFESOR DE BAILE, TRES CANTANTES, 
DOS VIOLINISTAS, CUATRO DANZARINES 

PROFESOR DE MUSICA (a SUS cantantes) -Pasad a esta sala y esperad aquí hasta que él llegue. 

PROFESOR DE BAILE (a sus danzarines) -Vosotros poneos a este lado. 

PROFESOR DE MUSICA (al discípulo) - ¿Has hecho lo que te dije? 

DISCIPULO- Si 

PROFESOR DE MUSICA -A ver, Esta bien, esta bien. 

PROFESOR DE BAILE - ¿Alguna novedad? 

PROFESOR DE MUSICA- La tonada de una serenata, que he hecho componer a mi 
discípulo para nuestro hombre. 

PROFESOR DE BAILE- ¿Puede verse? 

PROFESOR DE MUSICA – Ya la oiréis, con la letra, cuando llegue nuestro alumno que no tardará. 

PROFESOR DE BAILE - : No andamos, vos y yo, poco ocupados ahora. 

PROFESOR DE MUSICA- Cierto. Los dos hemos encontrado un hombre tal como nos conviene. Rica renta es la que nos proporciona el señor Jourdain con sus quimeras de galantería y nobleza, y bien quisiera vuestro baile y mi música que todo el mundo se asemejase a él. 

PROFESOR DE BAILE No lo quisiera yo completamente, porque en verdad preferiría que el señor Jourdain entendiese algo más de las lecciones que le damos. 

PROFESOR DE MUSICA - Las entiende mal, pero las paga bien, y esto necesita nuestras artes más que nada. 

PROFESOR DE BAILE- Confieso que a mi me agrada un poco la de gloria. 
los aplausos me satisfacen, y creo que en las bellas artes es un terrible suplicio tratar con necios y dedicar nuestras composiciones a entupidos. No me neguéis lo placentero de trabajar con personas capaces de notar las delicadezas de un arte, de hacer dulce acogida a las bellezas de una obra y de dedicar lisonjeras expresiones a vuestras tareas. La mas grata recompensa para las cosas que se hacen es verlas conocidas y aprobadas con aplausos que os honran. A mi juicio nada nos paga nuestras fatigas tan bien como eso, pues son exquisitas dulzuras las alabanzas de un hombre de buen criterio. 

PROFESOR DE MUSICA -Estoy de acuerdo y creo que de seguro nada halaga tanto como los aplausos que decís. Pero con ellos no se vive; las mas sinceras alabanzas no, enriquecen al hombre; hay que añadirles algo y el mejor modo de elogiar es elogiar a manos llenas. Verdaderamente nuestro alumno es persona de pocas luces, que habla de todo a derechas y torcidas, y que nunca aplaude sino a deshora; pero su mucho dinero corrige su poco ingenio. Tiene su discernimiento en su bolsa, sus loores son en moneda contante, y ya veis que este ignorante burgués nos es mas útil que el culto gran señor que a el nos ha presentado. 

PROFESOR DE BAILE -Hay algo de verdad en lo que decís, mas paréceme que dais excesivo valor al dinero, y el interés cosa tan vil que no debe el hombre de pro mostrarse interesado. 

PROFESOR DE MUSICA-¡ Pues bien tomáis vos el dinero que nuestro hombre nos da! 

PROFESOR DE BAILE -Cierto que si, pero el dinero no lo es todo, y me placería que nuestro alumno, a mas de riqueza, tuviese buen gusto para las cosas. 

PROFESOR DE MUSICA -También me placería a mí, y en que lo alcance nos esforzamos los dos cuanto podemos. Mas, en todo caso, él nos da medios de hacernos conocer en el mundo, y de esta suerte nos pagara por los demás lo que los demás nos alaben por 

PROFESOR DE BAILE -Ahí viene. 

ESCENA II 
SENOR JOURDAIN, DOS LACAYOS, PROFESOR DE MUSICA, 
PROFESOR DE BAILED, CANTANTES, DANZARINES Y VIOLINISTAS 

JOURDAIN —Hola, señores. ¿Qué tal? ¿Vamos con estas niñerías? 

PROFESOR DE BAILE — ¿Qué niñerías? 

JOURDAIN – El… la… ¿Cómo lo llamáis? Un tocable... ¿o un bailable? 

PROFESOR DE BAILE —iOh! 

PROFESOR DE MUSICA —Ya estamos preparados. 

JOURDAIN —Algo os he hecho esperar, mas es que ahora me hago vestir como las personas de calidad, y mi sastre me ha enviado unas medias de soda que creí no acertar a ponerme nunca. 

PROFESOR DE MUSICA —Nosotros estamos aquí para serviros a vuestra comodidad. 

JOURDAIN —Os ruego a entrambos que no os vayáis hasta que me hayan traído mi traje nuevo, para que me veáis con el. 

PROFESOR DE BAILE —Como os plazca. 

JOURDAIN —Me veréis equipado como un elegante de pies a cabeza. 

PROFESOR DE MUSICA —Sin dudas. 

JOURDAIN —Me he mandado hacer esta bata rameada. 

PROFESOR DE BAILE —Muy hermosa es. 

JOURDAIN —Mi sastre me ha dicho que las personas de calidad visten así por la mañana. 

PROFESOR DE MUSICA —Os sienta muy bien. 

JOURDAIN ¡Eh lacayos! ¡Hola, mis dos lacayos! 

LACAYO PRIMERO —¿Qué queréis, señor? 

JOURDAIN —Nada. Era para ver si me oíais bien. (A los profesores.) ¿Qué os parecen mis libreas? 

PROFESOR DE BAILE —Son magnificas. 

JOURDAIN (entreabriéndose la bata y dejando ver unos calzones estrechos de terciopelo encarnado y una camisola de terciopelo verde) 
—Como notareis, me he vestido adrede para mis lecciones de esta mañana. 

PROFESOR DE MUSICA —Muy galán estáis. 

JOURDAIN-- Lacayo! 

LACAYO PRIMERO —¿señor? 

JOURDAIN —i El otro lacayo! 

LACAYO SEGUNDO —¿Señor? 

JOURDAIN —Toma mi bata. (A los profesores) ¿Me encontráis bien con estas ropas? 

PROFESOR DE BAILE —Inmejorable. 

JOURDAIN —Vayamos a lo nuestro. 

PROFESOR DE MUSICA —Quisiera empezar por haceros oír un aire compuesto para la serenata que me pedisteis. Lo ha hecho uno de mis discípulos, que tiene admirable talento para estas cosas. 

JOURDAIN —Bien; pero no debisteis encargarlo a un discípulo, ni consideraros tan elevado que no pudieseis hacer esa labor. 

PROFESOR DE MUSICA —El nombre de discípulo no debe engañaros, señor. Esta clase de 
discípulos saben tanto como los mayores maestros; y el aire es tan bueno como el que más. Escuchadlo y veréis. 

JOURDAIN (a los lacayos) —Dadme la bata que oiré mejor. Pero no: estaré mejor sin bata... No, no: dádmela; valdrá más. 


UN CANTANTE — 
Desde que a su rigor tus bellos ojos, Iris, me uncieron, sufro noche y día. 
Si a quien te ama así tratas, ¿con que enojos tu enfado a un enemigo trataría? 

JOURDAIN —Algo lúgubre y pesada me parece esa canción. Me satisfaría que la avivaseis un poco. 

PROFESOR DE MUSICA —Menester es, señor, que la música se acomode a la letra. 

JOURDAIN —Hace algún tiempo aprendí un cantar muy lindo. Esperad... ¿como se llama? 

PROFESOR DE BAILE —A fe que lo ignoro. 

JOURDAIN —Se habla de un cordero... 

PROFESOR DE BAILE — ¿De un cordero? 

JOURDAIN —Si. ¡Ah! (Canta.) 
Yo creía a Juanitota tan dulce coma un cordero, pero es mil más cruel que cruel es un tigre fiero. 
¿No es un cantar muy lindo? 

PROFESOR DE MUSICA —Lindísimo. 

PROFESOR DE BAILE —Y bien cantado. 

JOURDAIN Y eso que no he estudiado 

PROFESOR DE MUSICA —Debierais aprenderla, señor, como aprendéis el baile. Son dos artes estrechamente enlazadas entre si. 

PROFESOR DE BAILE —Y que abren el espíritu del hombre a las cosas bellas. 

JOURDAIN — ¿Acaso la gente de calidad aprende música también? 

PROFESOR DE MUSICA —Si, señor. 

JOURDAIN —Pues la aprenderé. Pero no se a que hora, porque, además del profesor de esgrima que me enseña, he ajustado a un profesor de filosofía, que comenzara esta mañana. 

PROFESOR DE MUSICA —Algo vale la filosofía, mas la música, señor, la música...! 

PROFESOR DE BAILE —La música y la danza. La música y la danza son lo único necesario. 

PROFESOR DE MUSICA —Nada es tan útil a un Estado como la mística. 

PROFESOR DE BAILE —Ni tan preciso al hombre como la danza. 

PROFESOR DE MUSICA —Sin música, un Estado no puede subsistir. 

PROFESOR DE BAILE —Sin la danza, nada puede un hombre hacer. 

PROFESOR DE MUSICA —Todos los desordenes y guerras que hay en el mundo provienen de no aprender la música. 

PROFESOR DE BAILE —Todas las desgracias humanas, todos los funestos reveses que llenan las historias, todos los errores de los políticos y las torpezas de los grandes capitanes dimanan de no saber bailar. 

JOURDAIN — ¿Como puede ser eso? 

PROFESOR DE MUSICA — ¿No nace la guerra de la falta de unión entre los hombres? 

JOURDAIN —Si. 

PROFESOR DE MUSICA —Pues si todos los hombres aprendiesen música ¿no seria ese un modo de estar en armonía, y no se vería en el mundo paz universal? 

JOURDAIN —Tenéis razón. 

PROFESOR DE BAILE —Cuando un hombre yerra en la dirección, ya de los asuntos de su familia, ya en el gobierno del Estado, ya en el mando de un ejército, ¿no se dice que ha dado un mal paso? 

JOURDAIN —Eso se dice. 

PROFESOR DE BAILE — ¿Pues de que puede proceder un mal paso sino de no saber bailar? 

JOURDAIN —Es verdad: estáis en lo justo los dos. 

PROFESOR DE BAILE —De ese modo comprenderéis la excelencia y utilidad de la danza y la música. 

JOURDAIN —Ahora lo comprendo. 

PROFESOR DE MUSICA — ¿Queréis ver nuestras obras? 

JOURDAIN —Si. 

PROFESOR DE MUSICA —Según ya os dije, es un ensayo hecho por mí sobre las diversas pasiones que puede expresar la música. 

JOURDAIN —Bueno. 

PROFESOR DE MUSICA —i Eh, vosotros! Venid aquí. Imaginad, señor, que van vestidos de pastores. 

JOURDAIN- ¿Porque de pastores? I No se ye hogaño otra cosa en todas partes! 


PROFESOR DE BAILE-- Cuando hay que hacer que las gentes hablen cantando, la verosimilitud exige que sean pastores. En toda época se han unido el canto y los pastores, y en cambio no seria dialogo natural aquel en que príncipes o burgueses dijeran, cantando, sus pasiones. 

JOURDAIN —Bien, bien. Veamos. 

UNA CANTORA Y DOS CANTORES — 
AI corazon quo ama vemos mil cuidados agitar. 
Aun si en ellos hay placer, es dulce Ia libertad. 

CANTOR PRIMERO — 
No hay nada tan dulce como dos corazones amantes. Privar de amor a la vida es de sus gozos privarle. 

CANTOR SEGUNDO — 
Si amor de verdad hubiera, bello fuera darse él, mas, ¡ Oh , inaudito rigor!,no hay una pastora fiel .Pues ese inconstante sexo, siempre inclinado a traición, así nos burla, debemos de renunciar al amor. 

CANTOR PRIMERO — 
Amable ardor, 
CANTORA 
Feliz libertad, 

CANTOR SEGUNDO — Sexo engañador, 

CANTOR PRIMERO — i Que felicidad 

CANTORA —me da tu bondad! 

CANTOR SEGUNDO -- ¡ Y a mi cuanto horror! 

CANTOR PRIMERO —Ese odio mortal debieras abandonar para amar. 

CANTORA --Alguna pastora fiel siempre se puede encontrar. 

CANTOR SEGUNDO — 
¿Encontrarla? Pero ¿donde pudiera encontrarla yo? 

CANTORA — Por defender nuestro nombre te ofrezco mi corazón. 

CANTOR SEGUNDO —¿Y puedo creer, pastora, que nunca me engañaras? 

CANTORA —Por experiencia veremos quien de los dos ama más. 

LOS TRES — Por tan hermosos ardores dejémonos inflamar. Para corazones fieles ¡que dulce cosa es amar! 

JOURDAIN — ¿Eso es todo? 

PROFESOR DE MUSICA —Si. 

JOURDAIN —Esta muy bien apañado y hay terminejos bastante buenos. 

PROFESOR DE BAILE —Ahora vais a ver un ensayo de los más bellos movimientos y actitudes que pueden ejecutarse en una danza. 

JOURDAIN — ¿También de pastores? 

PROFESOR DE BAILE —De lo que queráis. Vamos. 


SEGUNDO ACTO 
ESCENA I 
JOURDAIN, PROFESOR DE MUSICA, PROFESOR DE BAILE, 
LACAYOS 

JOURDAIN —No son esas danzas moco de pavo y los bailarines se mueven bien. 

PROFESOR DE MUSICA —Cuando veáis el mismo bailable con acompañamiento músico os hará más efecto aun, y os parecerá que hemos compuesto una obrita muy galana. 

JOURDAIN —Al menos así lo espero, pues la persona para quien preparo esta diversión me hace el honor de corner hoy conmigo. 

PROFESOR DE MUSICA —Sin embargo, señor, eso no basta. Una persona tan munífica como vos y con tanta inclinación a las cosas bellas, debiera dar un concierto todos los miércoles o jueves. 

JOURDAIN —¿ Lo hacen así las personas de calidad? 

PROFESOR DE MUSICA —Si, señor. 

JOURDAIN —Pues yo lo haré. ¿Resultaría bien? 

PROFESOR DE MUSICA —Sin duda. Serán menester tres voces: una tiple, un tenor y un barítono. Los acompañaran un violonchelo, una tiorba y un clavicordio para las notas bajas, y dos violines para los ritornelos. 

JOURDAIN —También haría falta una trompa marina, instrumento que me agrada mucho. 

PROFESOR DE MUSICA —Dejadme gobernar las cosas. 

JOURDAIN —No olvidéis enviarme cantores para la comida. 

PROFESOR DE MUSICA —Tendréis todo lo necesario. 

JOURDAIN —Y que el bailable sea bueno. 

PROFESOR DE MUSICA —Quedareis contento, sobre todo de ciertos minuetos que allí hallareis. 

JOURDAIN —Los minuetos son mi danza preferida y quiero que me la veáis bailar. Vamos, maestro. (Al de baile.) 

PROFESOR DE BAILE —Tomad un sombrero, señor, para los saludos, La, la, la; la, la, la, la, la, la; la, la, la; la, la, la, la, la. Seguid con el son, si os place. La, la, la. Las piernas rectas. La, la, la. No mováis tanto los hombros. La, la, la, la, la; la, la, la, la, la. Parece que tenéis los brazos tullidos. La, la, la, la, la. Alzad la cabeza. Volved hacia fuera la punta del pie. La, la, la. Erguid el cuerpo. 

JOURDAIN --¿Que tal? 

PROFESOR DE MUSICA —Maravillosamente. 

JUORDAIN —A propósito: enseñadme una reverencia propia para saludar a una marquesa. Me será necesaria. 

PROFESOR DE BAILE --¿Una reverencia para saludar a una marquesa? 

JOURDAIN —Si; a la marquesa Dorimena. 

PROFESOR DE BAILE —Dadme la mano. 

JOURDAIN --No: enseñádmelo vos y no se me olvidará. 

PROFESOR DE BAILE —Si queréis saludarla con mucho respeto, le haréis una reverencia cuando entre, tres mas avanzando hacia ella y la ultima inclinándoos hasta la altura de sus rodillas. 

JOURDAIN —Mostrádmelo. iAja! Bueno. 

LACAY0 PRIMERO —Señor, vuestro maestro de armas. 

JOURDAIN —Que entre. Quiero que me veáis dar la lección. 

ESCENA II 
LOS MISMOS y el PROFESOR DE ESGRIMA 

PROFESOR DE ESGRIMA (poniendo el florete en la mano a Tourdain) —Saludad, señor. El cuerpo derecho y algo inclinado sobre el muslo izquierdo. Las piernas menos abiertas. Los pies en una misma línea. El puño junto a la cadera. La punta de vuestra espada ante vuestro hombro. No extendáis tanto el brazo. La mano izquierda a la altura del ojo. El hombro izquierdo hacia atrás. La cabeza alta, la mirada segura, el cuerpo firme. Avanzad. Tocad mi espada en cuarta y concluid lo mismo. Un, dos. En guardia; recomenzad sin mover los pies. Un salto atrás. Al lanzar la estocada, señor, debéis adelantar la espada primero y mantener el cuerpo bien retirado. Un, dos. Tocad mi espada en tercera y acabad igual. Adelante. El cuerpo firme. Adelante. Salid de ahí. Un, dos; en guardia; atacad; un salto atrás. ¡ En guardia, señor, en guardia! ( le dirige dos o tres estocadas.) 

JOURDAIN--¿ Que os parece? 

PROFESOR DE MUSICA—Sois prodigioso. 

PROFESOR DE ESGRIMA—Ya os he dicho que todo el secreto de las armas se reduce a dos cosas: dar y no recibir. Y como el otro día os probé por razón demostrativa, es imposible que recibáis si sabéis apartar la espada de vuestro enemigo de la línea de vuestro cuerpo, lo que no depende más que de un ligero movimiento de muñeca hacia fuera o hacia dentro. 

JOURDAIN—De esta manera un hombre sin valentía puede matar a su enemigo con toda seguridad de no ser muerto. 

PROFESOR DE ESGRIMA—Sin duda¿no os di la demostración? 

JOURDAIN—Sí. 

PROFESOR DE ESGRIMA— Por ello se ve cuanta consideración merecemos nosotros en un Estado y cuan superior es la ciencia de la esgrima a todas las otras ciencias inútiles, como la danza la música, la… 

PROFESOR DE BAILE-- ¡Eh señor esgrimidor! No habléis de la danza si no con respeto. 

PROFESOR DE MUSICA—Aprended a tratar mejor la excelencia de la música. 

PROFESOR DE ESGRIMA--¡Donosa ocurrencia la de comparar vuestras ciencias a la mía! 

PROFESOR DE MUSICA—Si, haceos el importante. 

PROFESOR DE BAILE--¡ Grandísimo animal! ¡ Y que galán esta con su peto! 

PROFESOR DE ESGRIMA—Señor profesorcillo de baile, yo os enseñaré a bailar una buena danza. Y a vos, musiquillo, os haré cantar una admirable canción. 

PROFESOR DE BAILE –Señor chocahierros, yo os instruiré de vuestro oficio. 

JOURDAIN (al profesor de baile) –¿ Estáis loco? ¡Buscar camorra a un hombre que entiende de tercera y de cuarta y que sabe matar por razon demostrativa! 

PROFESOR DE BAILE –Una higa se me da de su razón demostrativa 3 de su tercera y su cuarta. 

JOURDAIN –¡Calma, calma! 

PROFESOR DE ESGRIMA –Yo daré a ese impertinentuelo... 

JOURDAIN –Sosegaos, profesor mío. 

PROFESOR DE BAILE –A ese grandísimo percheron... 

JOURDAIN–Sosegaos, profesor mío. 

PROFESOR DE ESGRIMA –Si me lanzo sobre vos... 

JOURDAIN --Haya paz. 

PROFESOR DE BAILE –Si os pongo la mano encima... 

JOURDAIN-- Bueno, bueno! 

PROFESOR DE ESGRIMA –Os daré un apaleo que... 

JOURDAIN –¡Por Dios! 

PROFESOR DE BAILE –Os daré un vapuleo que... 

JOURDAIN –Serenaos. 

PROFESOR DE MUSICA –Voy a enseñarle a ese a expresarse mejor. 

JOURDAIN –i Dios mío! Deteneos. 

ESCENA III 
LOS MISMOS y el PROFESOR DE FILOSOFIA 

JOURDAIN –Señor filosofo, llegáis a tiempo vos y vuestra filosofía ¿Queréis poner paz entre estas personas? 

PROFESOR DE FILOSOFIA -- ¿Que ocurre, señores? 

JOURDAIN —Se han encolerizado discutiendo la preeminencia de sus profesiones y quieren venir a las manos. 

PROFESOR DE FILOSOFIA —¡Vamos señores! No hay que acalorarse así. no habéis leído el docto tratado escrito por Séneca sobre la ira? ¿Hay cosa mas baja y afrentosa que esa pasión, que convierte al hombre en fiera? ¿No debe dominar la razón todos nuestros movimientos? 

PROFESOR DE BAILE —Este hombre ha empezado a injuriarnos, desdeñando la danza, que yo ejerzo, y la música, que es la profesión de este señor. 

PROFESOR DE FILOSOFIA —El sabio esta por encima de las injurias que puedan decírsele, y solo debe responder a los ultrajes con moderaciónn y paciencia. 

PROFESOR DE ESGRIMA —Esos dos han tenido la audacia de comparar sus profesiones a la mía. 

PROFESOR DE FILOSOFIA-- ¿Y por que eso os trastorna? No deben los hombres disputar sobre su condición y vanagloria. Lo que principalmentec nos distingue son la virtud y la sabiduría. 

PROFESOR DE BAILE —Yo sostengo quo la danza es ciencia a la que jamás se hará bastante honor. 

PROFESOR DE MUSICA —Y yo, que la música es reverenciada por todos los siglos. 

PROFESOR DE ESGRIMA —Y yo les afirmo a los dos que la esgrima es la mas bella y necesaria do las ciencias. 

PROFESOR DE FILOSOFIA— ¿Pues que será entonces la filosofía? Muy impertinentes me parecéis los tres hablando ante mi con esa arro¬gancia y dando el nombre de ciencia a cosas que ni siquiera merecen el titulo de arte, y solo pueden comprenderse bajo los mismos nombres de oficio de espadachín, de tocador y de bailarín. 

PROFESOR DE ESGRIMA --Perro de filosofo! 

PROFESOR DE MUSICA —¡Belitre de pedante! 

PROFESOR DE BAILE --¡Maestrillo ridículo! 

PROFESOR DE FILOSOFIA — ¿Como? ¡Ah, bergantes! (Se lanza sobre los tres, que le muelen a golpes.) 

JOURDAIN — ¡Señor filosofo! 

PROFESOR DE FILOSOFIA -Infames, bribones, insolentes! 

JOURDAIN —¡Señor filosofo! 

PROFESOR DE ESGRIMA —i Peste con el animal! 

JOURDAIN —'!Señores! 

PROFESOR DE FILOSOFIA —¡Deslenguados! 

JOURDAIN —i Señor filosofo I 

PROFESOR DE BAILE —i Al diantre con el asno enalbardado! 

JOURDAIN —¡Señores! 

PROFESOR DE FILOSOFIA —¡Malvados! 

JOUIRDAIN —señor filosofo! 

PROFESOR DE MUSICA-- AI diablo el impertinente! 

JOURDAIN --'Señores! 

PROFESOR DE FILOSOFIA - Truhanes , mendigos, traidores, impostores! 
(Salen los otros tres.) 

JOURDAIN —señor filosofo, señores; señor filosofo, señores; señor filosofo señores! Bueno: 
peleaos cuanto queráis, quo no seré yo quien vaya a estropearme la bata por separaros. Bien loco seria si, mezclándome a su asunto, recibiese algún golpe que me lastimara. 

ESCENA IV 
JOURDAIN, PROFESOR DE FILOSOFIA 

PROFESOR DE FILOSOFIA (reajustándose el cuello) —Vamos con nuestra leccion. 

JOURDAIN —Lamento, señor, los golpes que os han dado. 

PROFESOR DE FILOSOFIA —No tienen importancia. Un filosofo sabe recibir las cosas como vienen, y voy a componer contra ellos una sátira al estilo de Juvenal, quo los dejara destruidos. 

(Obra incompleta)** 

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